Cuando en nuestro periplo astronómico terrestre alrededor del Sol giramos atravesando las bastas llanuras desoladas del espacio exterior nos enfrentamos a un caos que no podemos ni imaginar. El espacio está lleno de cuerpos que amenazan a la Tierra, y todos los cuerpos astronómicos están en la misma situación.
Uno de los peligros más grandes del espacio son los meteoritos, cuerpos que viajan a sus anchas y acaban impactando contra la superficie de otro. El gran peligro que tienen es que, según su tamaño, velocidad y ángulo de impacto, uno de muy pequeñas dimensiones puede causar grandes daños.
Afortunadamente la Tierra está bien protegida frente a estos cuerpos especiales, principalmente gracias a Júpiter, que por ser el planeta de mayor tamaño del Sistema Solar es capaz de atraer a una gran cantidad de ellos, y por la atmósfera que nos rodea, que desintegra gran parte de ellos o los reduce hasta hacerlos de un tamaño insignificante o no peligroso.
Sin embargo la Luna no tiene atmósfera, y cuando un meteoroide llega a su superficie lo hace sin ningún tipo de desintegración previa, ocasionando muchos más daños que en la Tierra. Desde aquí tenemos gran cantidad de observatorios y dispositivos captando lo que ocurre constantemente en nuestro satélite, y aquí tenéis un genial vídeo que muestra cómo vemos cuando un meteorito impacta contra ella:
http://www.youtube.com/watch?v=IYloGuUZCFM">Ver el vídeo
Este caso fue peculiarmente interesante ya que, aunque detectemos cientos de impactos al año, la del pasado 17 de Mayo fue especialmente grande, con un brillo diez veces mayor a las explosiones que se han observado en otras ocasiones. Según la NASA, si hubiésemos estado mirando a la Luna en ese momento, podríamos haber observado el impacto sin telescopio.
Fuente | NASA