Investigadores han creado un dron anfibio que puede pasarse meses en las profundidades hasta que llega el momento de actuar.
Dicho así, la verdad es que dan algo de miedo, aunque estemos hablando de aparatos que ya resultan familiares para cualquiera.
La mayoría asociamos los drones con el vuelo, pero ya hay muchos desarrollos centrados en llevarlos a otros elementos, como por ejemplo el agua. No en vano la agencia estadounidense DARPA ha ideado drones diseñados para las profundidades marinas que son capaces de vigilar y rastrear submarinos enemigos.
Drones que evolucionan y van más allá del aire
DARPA está construyendo un drone cazasubmarinosDARPA está a punto de terminar la construcción del dron cazasubmarinos más sofisticado visto nunca.
No sólo hay un potencial oculto en buscar nuevas zonas para usar drones, también es importante que estos mantengan la versatilidad que los caracterizan.
Y de la misma manera que en la naturaleza hay animales anfibios que viven en el agua pero que pueden saltar a tierra para conseguir mejores oportunidades, los drones también pueden evolucionar de la misma manera, aunque en este caso sea el camino contrario.
La última creación del laboratorio de física aplicada de la Universidad Johns Hopkin es este eslabón perdido entre los drones aéreos y los acuáticos, es un auténtico dron anfibio.
Con esto no quiero decir que sea un dron volador que pueda sumergirse temporalmente, eso es algo que ya existía; no, en este caso el dron es ante todo submarino, y es capaz alcanzar una profundidad de decenas de metros.
El dron anfibio que espera su momento debajo del agua
El dron puede permanecer así en el fondo marino, o en una plataforma en el casco de un submarino, hasta unos dos meses seguidos en agua salada sin que afecte a su rendimiento.
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Lo interesante llega cuando es activado y se desprende de la plataforma, navegando por el mar o el río con sus hélices; así hasta que llega a la superficie, y empieza a volar de la misma manera. El concepto presentado no puede volver a sumergirse una vez que ha empezado a volar, pero sus creadores afirman que ya están trabajando en ello.
Lo importante del desarrollo ha estado en crear una estructura que pueda permanecer a cierta profundidad durante mucho tiempo, pero que no resulte tan pesada como para no poder volar; por eso sus creadores no han optado por una estructura de metal, sino por una impresa en 3D.
Un “kraken” que buscará al enemigo desde las profundidades
Además, se han asegurado de que todas las partes electrónicas estén selladas, y de que los rotores estén cubiertos de un revestimiento protector. Han conseguido todo esto sin aumentar los costes de fabricación.
Voy a dejar lo mejor para el final, su nombre: CRACUNS, de las iniciales Corrosion Resistant Aerial Covert Unmanned Nautical System. Sus creadores eligieron este nombre porque se parecía a “kraken”, el nombre de la criatura mitológica que emerge de las aguas y supone la perdición para cualquiera que esté cerca.
Tal vez Cracuns tenga un papel similar al kraken, ya que si emerge es porque un submarino está cerca buscando a su presa.
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