La aeronave más grande del mundo, el Airlander 10, por fin se ha hecho realidad, aunque aún no surca los cielos.
Estarás de acuerdo con nosotros en que los dirigibles son los aparatos voladores más deliciosamente “retro” que existen, pero al mismo tiempo no podemos olvidar que son producto de grandes avances científicos.
Aunque la tecnología ha mejorado mucho con los años, cuando pensamos en los dirigibles aún nos acordamos del accidente del Hindenburg y esas famosas palabras, “oh, la humanidad”. Básicamente, tenemos un miedo tremendo de ir volando con semejante cantidad de combustible inflamable, algo que por otra parte no nos ha impedido montarnos en aviones.
La aeronave más grande del mundo quiere revivir el amor por los dirigibles
La aeronave mas grande del mundo
Con un poco de suerte, y los 35.6 millones de dólares que ha costado su desarrollo, el Airlander 10 no correrá la misma suerte. Ha sido fabricado por la empresa británica Hybrid Air Vehicles, y esta semana por fin ha conseguido flotar por vez primera.
De esta manera el Airlander 10 se ha convertido en la aeronave más grande del mundo, con sus 92 metros de longitud; ver volar este dirigible debe ser toda una experiencia, teniendo en cuenta lo pequeñas que parecen las personas en las fotos publicadas por el fabricante.
¿Para qué sirve un dirigible? Pues para transportar personas, o en el caso del Airlander 10, nada menos que diez toneladas de carga, por lo que puede ser muy útil para realizar transportes rápidos y seguros.
Un dirigible a prueba de balas
Sí, he dicho seguros, porque el fabricante ha querido asegurarse de que no repite la historia, más que nada para no espantar a posibles inversores y compradores. Un dirigible no es más que una bolsa con helio, pero en este caso es la bolsa más avanzada que puedes encontrarte sobre la faz de la tierra, compuesta de una triple capa de fibra de carbono, kevlar y BoPET.
Incluso en el hipotético caso de que alguien consiguiese hacer un agujero en el dirigible, esto no sería un gran problema. Los 2800 metros cúbicos de helio de su interior no están presurizados, así que aunque hicieses cien agujeros de bala, el dirigible aún podría volar durante cuatro o cinco horas antes de tener que aterrizar.
Tampoco pasaría nada si uno de los cuatro motores diésel usados para mover el dirigible fallase; incluso sería posible llegar a un sitio seguro con un sólo motor. Y no necesita un aeropuerto especial para aterrizar, prácticamente puede hacerlo en cualquier sitio.
Un dirigible Airlander 10 tiene un coste estimado de 35 millones de dólares, así que no se lo puede permitir todo el mundo, por no decir nada del hangar necesario para guardarlo. Por eso Hybrid Air Vehicles lo está ofreciendo principalmente a los militares, aunque creen que también pueden apelar al mercado de lujo si hacen una cabina más espaciosa en la que podamos disfrutar de viajes con unas vistas maravillosas.
La producción “en masa” (600 unidades) se espera para el 2018, pero antes tendrá que hacer su vuelo inaugural.
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