Para los grandes depredadores de colmillos enormes y garras afiladas defenderse es pan comido, pero los insectos pequeños lo tienen mucho más complicado.
Cuando uno es pequeño y tan vulnerable que puede morir de un simple pisotón tiene que buscarse una forma de sobrevivir y, desde luego, hay algunos que lo hacen la mar de bien.
Éste es el caso del escarabajo bombardero, un pequeño insecto; que, no contento con su tamaño y su apariencia inofensiva, opta por el uso de armas químicas para defenderse de cualquiera que confunda su baja talla con indefensión.
¿En qué consiste el ataque del escarabajo bombardero?
El braquinino, también conocido como escarabajo bombardero, es un coleóptero adéfago conocido por su habilidad para generar pequeñas explosiones a partir de reacciones químicas.
Para ello, se vale principalmente de dos sustancias: la hidroquinona y el peróxido de hidrógeno, más conocido como agua oxigenada.
Cada uno de estos compuestos se encuentran contenidos en cámaras independientes hasta el momento de su uso, que llega cuando el animalito se siente amenazado por algún depredador.
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En ese instante, las dos sustancias pasan a una nueva cámara, dónde se mezclan de modo que el peróxido de hidrógeno oxida la hidroquinona, transformándola en quinona. Esta reacción es muy exotérmica, por lo que se genera una gran cantidad de energía que es liberada de golpe, dando lugar a una pequeña explosión.
Además, la descarga de sustancias supera el punto de ebullición a más de 100ºC, de modo que la quinona y el agua resultante de la reacción salen del abdomen del insecto a una temperatura muy elevada, produciendo quemazón e irritación en el pobre depredador que creía que iba a salir airoso del ataque.
¿Por qué el escarabajo no se quema al llevar esas sustancias en su interior?
Como veis, el escarabajo bombardero es un fiero soldado, que además es capaz de hacer hasta cincuenta disparos sucesivos, capaces de alcanzar una distancia de 5 centímetros, que a nosotros nos parece poco, pero es enorme si tenemos en cuenta que supone cuatro veces su propio tamaño.
Vale, eso está muy bien, ¿pero cómo hace este escarabajo para que no le explote la granada en las manos? Lógicamente lo de la granada es una metáfora bélica, pero podría ser que todos esos productos tan peligrosos estallaran en su interior, ¿no?
La increíble avispa que usa hormigas y arañas para protegerseHoy os hablamos de Deuteragenia ossarium, una avispa de inigualable inteligencia, cuyo uso de otros animales en su propio beneficio os sorprenderá.
En realidad no ocurre nada, porque la evolución se ha encargado de diseñar a este animal mejor de lo que lo hubiese hecho cualquier ingeniero armamentístico y las dos sustancias contenidas en su interior no sólo están en cámaras independientes, sino que además van acompañadas de una enzima que impide que se mezclen en caso de entrar en contacto.
De hecho, en el momento del ataque, cuando se mezclan en la cámara contigua, es necesaria la función de otra enzima, conocida como anti-inhibidor, que bloquea el efecto de la anterior, propiciando la explosión.
De todos modos, como una imagen vale más que mil palabras, os dejo un vídeo para que veáis a este escarabajo en plena batalla.
¡Escarabajos! ¿Cuál es vuestro oficio?
Esquema escarabajo: Evidences of creation
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